Una parte fundamental en el mantenimiento de un acuario es cuidar del agua: unos parámetros adecuados constituyen un requisito básico para mantener la salud de los peces y las plantas del acuario. Así pues, es muy importante realizar cambios de agua parciales con regularidad, que ayuden a mantener estables los parámetros, y comprobar dichos parámetros según sea necesario. Los cambios de agua parciales regulares generan un ecosistema estable en el acuario.
Equilibrio vital en el acuario
En un acuario lleno de “vida” es perfectamente normal que se acumulen productos de desecho poco a poco y que se agoten las sustancias importantes disueltas en el agua. No obstante, esto significa también que incluso con un ecosistema intacto, los parámetros del agua pueden desequilibrarse, por ejemplo si los productos de desecho tales como excrementos de peces o residuos de plantas o alimento se acumulan en exceso o si los peces consumen demasiadas sustancias útiles (p.ej. minerales).
Esto puede resultar en turbiedad del agua, peces enfermos y plantas amarillas. En consecuencia, resulta aún más importante mantener la calidad y los parámetros del agua estables dentro del acuario en todo momento. Para ello, los cambios de agua parciales desempeñan una función esencial.
Agua limpia en el acuario
A diferencia de los ríos o el mar, los acuarios poseen sistemas cerrados: no hay corrientes automáticas que eliminen las sustancias contaminantes o proporcionen nuevas sustancias útiles a los organismos. El agua limpia introducida en el acuario mediante cambios de agua parciales asegura que la concentración de sustancias contaminantes permanezca baja y se añadan nuevos minerales al agua.